Pues casi sin pensarlo ni planearlo, me ví el sábado pasado colgado de una pared de piedra y agarrado por una cuerda.Al principio viendo como bajaban los compañeros que ya tenían experiencia me asaltaban dudas como -"¿y si se me escapa la cuerda de las manos?" ... "la altura no me preocupa lo que me inquieta es el ostiazo contra el suelo .. :-D" - pero una vez que comenzé el primer descenso se dispersaron los temores, siguiendo las sabias explicaciones de los que sabían fué todo muy fácil al sentir que todo estaba controlado.
Fué una experiencia muy gratificante y que envicia, tanto que el domingo nos hicimos un barranco, pero eso ya lo pondré en otro post :-P
Gracias a mis "iniciadores" en este mundo, Norberto, Nayra, David y Ángeles (que también se inició ese día)
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Muy guapo si señor. Aunque días más tarde, también pude experimentar las mismas sensaciones. A ver cuando es la próxima. Saludos.
ResponderEliminarLa verdad es que fué un día muy gratificante y cuando la compañía es tan buena, la experiencia se convierte en algo maravilloso. Esta noche intentaré pasar las fotos del barranco para que puedas colgar alguna.
ResponderEliminarSin duda lo mejor fué la recompensa de las habichuelas mágicas.
Sí hablemos de la comida, porque lo que es de la playa .... jajajaj
ResponderEliminarjejeje playa noooo jajajajaja... me lo pasé muy bien, pero el calor agobiante y si encima llegas a la playa y te encuentras con lo que nos encontramos... peor!! jejejeje pero bueno, por lo menos me regalaron el polo ;)
ResponderEliminarGuauu!!
ResponderEliminarYo lo probé una sola vez y me encantó. Primero escalamos y luego bajamos. Uff, me hubiera quedado con bajar 3 veces jajaja.
Me dan envidiiiiaaa sana sana, lo prometo.
Sigue así Martín, estoy enganchada al blog, jajajaja. Eva.
Los barrancos nos esperan... :P
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